A través del Facebook me llegan de cuando en cuando noticias de mis amigos Erasmus. Viajan, se casan, tienen niños, son felices, se enfadan… breves líneas que a pesar del tiempo y la distancia nos hacen sentir más cerca. Y es que, aunque parezca que no hace nada, en estos días hace 9 años que comenzamos la aventura Erasmus. Y digo empezamos por que yo no iba sola en esta aventura. Iba con Alba, una gallega que hablaba incluso más rápido que yo y con la que hice muy buenas migas desde los primeros días de ese hoy ya tan lejano «primero de carrera».
Uno de los aspectos que más nos fascinaban del mundo recientemente conocido era su posibilidad de serendipia. Saltar de un link a otro descubriendo nuevos mundos. Así llegamos a iniciarnos en el esperanto, a afiliarnos al Frente por la liberación de los enanos de jardín y… Frida Kahlo.
Éramos inocentes, éramos fantasiosas y….algo incultas. No teníamos muy claro quién era Frida Kahlo, pero en menos de 36 horas, la desciframos en una inoportuna canción de Pedro Guerra, en la película que Salma Hayek proponía, en los baños de un recóndito bar de Aveiro y… en otro sitio más que no viene a mi memoria.
Así formulamos el efecto Frida Kahlo, aquel efecto digno de entrar en el libro de leyes de Murphy por su infalibilidad, que consiste en que, tras un primer encuentro con algo más o menos desconocido, este algo te persigue durante los próximos días y semanas, en todos los mediso imaginables. El «efecto Frida Kahlo» pronto se extendió entre nuestros amigos y conocidos, que aún hoy lo siguen utilizando (ayer mismo, Bedawana en Facebook).
Hoy Alba y yo hemos crecido algo, madurado algo también (espero) y nos hemos convertido en unas pequeñas geeks. Internet y sus numerosas posibilidades, descubiertas hace ya tantos años, sigue siendo un entretenimiento, medio de comunicación y herramienta de trabajo imprescindible.
Hace nueve años, hacíamos cola en los laboratorios de Internet de la Universidade de Minho para conseguir una hora de chat e email, hoy tenemos interminables secuencias de tuiteos y mensajes en Facebook lanzados respectivamente desde una Blackberry y una HTC. Hoy ya no compartimos casa, pero seguimos gritándonos la una a la otra «Tiiiiiiia, Frida Kahlo me ha atacado!! «
Ayer nos sorprendíamos a diario y, hoy en día, por suerte seguimos haciéndolo. Alba, va por tí! Tantos años después, tantos cambios… y Frida Kahlo sigue presente.
Tiaaaa Que se me han saltado las lágrimas!