Hoy se cumplen 30 años de la creación de la world wide web como un sistema de distribución de documentos, con estándares que seguimos utilizando como el HTML, HTTP O URL, y que empezó a crear el internet que conocemos hoy en día (de hecho, una de las primeras cosas que les intento transmitir a mis alumnos de ecommerce es que Internet y la www no son lo mismo).
Este invento, un regalo para la humanidad de Tim Berners-Lee, tenía como objetivo que todo el mundo, de forma libre, pudiera intercambiar conocimiento, comunicarse y colaborar. Y la posibilidad estaba ahí. Pero ¿qué ha hecho «todo el mundo»? ¿hemos sabido aprovecharlo?¿nos preocupamos de defender este regalo?

Hace años que Berners-Lee nos advierte de que no le gustan los derroteros que está tomando la web, que claro que ha ayudado a la humanidad, pero que ve cosas que no le gustan. Para este aniversario ha escrito una carta en la que habla de lo que para él son las tres fuentes de disfuncionalidad principales
- Intentos maliciosos y deliberados, como la piratería, los ataques informáticos patrocinados por un estado, las conductas delictivas y el acoso en línea.
- Sistemas que por diseño crean incentivos perversos y sacrifican los intereses del usuario, como los modelos de negocio basados en la publicidad que recompensan comercialmente el clickbait y la viralización de información falsa.
- Diseños benevolentes que, sin embargo, y de manera involuntaria, generan consecuencias negativas, como el tono y la calidad atroz y polarizada del discurso en línea actual.
Como padre cariñoso, Sir Berners-Lee achaca estos problemas a la adolescencia y tiene la esperanza que su niño, educado en valores de libertad, generosidad e igualdad, saldrá de esta difícil edad convertido en lo que él soñaba. Pero claro, ya se sabe, las influencias. Están los amigos, el entorno: el liberalismo económico, el individualismo, la desigualdad… y, ay, los matones de la pandilla, un día amigos fieles y otro los peores bullies: los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple).
Hay que hacer algo para que luzca su pontencial. Pero que Internet sea esa red amplia y libre que sirve a la cooperación y al conocimiento y no un lugar opaco y mercantilizado, en manos de unos pocos no depende sólo de empresas y gobiernos, depende de que la ciudadanía se organice para defenderla como un derecho básico.

Y aquí llega una de mis obsesiones, la ciudadanía desactivada por el individualismo y por el «culto al progresso», que se deja robar derechos. Por suerte, no todo el mundo es igual. Ayer se presento la Lista Viernes, el proyecto de un grupo de juristas especializados en protección de datos que han decidido hacer algo para proteger los datos (los de todos) frente a una nueva ley en España que dice que los partidos pueden utilizar nuestros datos online para hacer perfiles ideológicos y mandarnos publicidad por redes sociales, correo o whatsapp.
Como casi todo lo que tiene que ver con nuestros datos, el usuario medio no le da demasiada importancia «deja que manden mensajes, asi sabré a quién no votar», «bueno, pues al primer whatsapp los bloqueo y ya está», «total, si yo no tengo nada que esconder».
Como respuesta individual, puede ser algo ingenua, pero válida al fin y al cabo (si quieres reflexionar sobre este tema, te recomiendo la charla de Marta Peirano que dejo al final del post). Pero esto no se trata de luchar por uno mismo, se trata de definir qué tipo de sociedad queremos en esta época de cambios tecnológicos. Se trata que entre todos consigamos que la tecnología trabaje para la humanidad y no en su contra. Que el caballero Berners Lee pueda estar orgulloso de su world wide web, que «ama, ama, ama y ensancha el alma». Y sobre todo, que no nos tengamos que arrepentir cuando vengan a por nosotros.
Y si quieres empezar a defender tus derechos , específicamente el derecho a tus datos y a una internet libre pudes hacerlo hoy: colabora con lista viernes.