¿Es grave, doctor? Este año ya he cogido dos veces vacaciones para ir a un congreso… Esta vez el culpable ha sido el II Congreso de Comunicación 3.0. , de la Universidad de Salamanca.
Como doctorada frustrada (o al menos postergada) que soy, me apetecía ver lo que el mundo académico tenía que decir del futuro de la comunicación y, jugando el casa, me animé incluso a presentar una ponencia: Geolocalización, coordenadas hacia el éxito.
Han sido dos días intensos, en el que ha habido algunas ideas muy interesantes. A mi parecer, las mejores ponencias han sido la de Ignacio Perez Dolset, la del maestro Pisani y la mesa redonda sobre Comunicación corporativa y RSC en la que participaron los salmantinos de Unkasoft.
- Ignacio Perez Dolset es uno de los grandes nombres de la industria de la animación en España y estuvo a cargo de la charla inaugural del congreso. Para Dolset nuestro país es el país del mundo con mayor talento gráfico, constatado desde la época de Zurbarán y Goya, pero nos falta espíritu empresarial. El cambio social vinculado a la tecnología no ha hecho más que empezar, y Europa está perdiendo el tren, con su Universidad a la cabeza.
- Francis Pisani, experto en Internet y guru crítico a la antigua usanza, reflexiona sobre la posición del periodista en esta época y nos recuerda que en lo que hablamos en Internet hay “mucho de plomo, pero algo de oro”, como expone en su libro La alquimia de las multitudes. El periodista, el comunicador, tiene la responsabilidad del proceso informativo, no ya de la creación de las noticias. Su labor es la de curator, algo así como jardinero de las noticias. Vivimos en una época líquida, que nos condena a una beta perpetua.
- Jaime Lanchares, fundador de Unkasoft, fue uno de los representante en el congreso de la charroesfera. Unkasoft es una empresa dedicada al advergaming, a la introducción de publicidad en videojuegos para teléfonos móviles que ya emplea a más de 20 personas. Para Jaime, el reto «3.0.» de la publicidad está en medir: hemos aprendido a segmentar, a crear y envolver mensajes orientados, pero ahora el reto está en calcular el retorno. Si queremos tener un modelo de negocio válido tenemos que tener un «media value» medible. Unkasoft hablo de su responsabilidad social corporativa, que se vehicula en forma de juegos diseñados para ONGs , como el genial Refugee para Intermon Oxfam.
Habituada a seguir los congresos de otro mundillo particular como es el «dospuntocerista» he podido apreciar algunas diferencias… entre otras que la gente en este congreso académico se sienta en las filas de atrás, no pregunta, con lo que acabé en papel de empollona de primera fila. ¡Y encantada, eh!
En general, echo en falta las ganas de debatir y discutir, de aportar otros puntos de vista. Tanto en las ponencias como en las comunicaciones, no se genera gran debate y cuando se hacen preguntas suelen ser más sobre la forma o el método de investigación que sobre el fondo. Esta falta de crítica por parte de los espectadores hace que los comunicadores y ponentes (con la excepción de Pisani) no hagan grandes esfuerzos retóricos ni utilicen técnicas para convencer y enganchar al público.
En un congreso que habla de comunicación «3.0.» tampoco se aprecia la creación de networking o comunidad: no se crea un hashtag de Tag de Twitter, la página del congreso en Facebook (creada 4 meses antes) sólo tiene 14 amigos y en el canal de streaming apenas hay comentarios. Aunque la organización del congreso hizo sus deberes sociales, parece que no han contado con la respuesta de la comunidad.
Sin embargo, las ponencias y comunicaciones en estos congresos académicos cuentan con una mayor metodología y profundidad en las conclusiones que muchas en los congresos de Internet, en los que se presta un excesivo interés por las últimas herramientas y los recientes casos de éxito que a la filosofía que existe alrededor.
Aunque me gusta el dinamismo del mundo de Internet, creo que los dos mundos deberían «ir más de la mano», para así aunar lo mejor de cada uno y de verdad poder avanzar en esta sociedad de la información en la que la brecha generacional es cada vez mayor y donde se agrava la discrepancia entre el mundo profesional y el académico, aunque la tecnología tiene el potencial precisamente de lo contrario, de permitir a la Universidad reproducir de un modo más sencillo el mundo laboral, específicamente en Comunicación. En este camino, la Universidad de Salamanca sigue dando pasos, como demuestra el lanzamiento de su propio canal de televisión que coincide con la creación del Grado de Comunicación.