Piensa posibilidades, no pienses problemas.

El manifiesto, los e-books, discos que ya no son tales, copyleft, creative commons, youtube…. Internet está suponiendo una revolución para las industrias culturales, y que el mercado ya no volverá a ser el mismo, hace 5 años que dejé la facultad, y la mayoría de mis apuntes ya son historia.
Sin embargo, los conceptos y las bases son las mismas. Todo cambia y nada cambia. Los pesos pesados de la industria se empeñan en mantener el status quo. Murdoch quiere cobrar a Google por listar sus contenidos, Sinde quiere cerrar blogs, Aute se manifiesta contra los «piratas» que han encontrado maneras más sofisticadas de compartir su música que el «doble platina-play-rec», El alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote silencia el reloj de la Plaza Mayor para que los estudiantes no celebren su nochevieja. Pasan de visionarios a dinosaurios. Pero… ¡qué cansado y qué difícil es mantener el status quo!
Quien es capaz de ver más allá y darse cuenta que, en el fondo, todo sigue igual, será el vencedor, no me cabe la menor duda. Los cambios ofrecen infinitas posibilidades. Sólo hace falta la chispa, la creatividad. Seth Godin escribe en su blog algunos ejemplos de cómo estimular el mercado sólo diseñando una estrategia creativa de precios:

“(..)changing the price on an electronic good is trivially easy.
So, for example, you could charge $24 for the Kindle edition for the first two weeks, then $15 for the next two we
eks and then $9 for the year after that. Once it’s a backlist classic, it could cost $2…
Or, thinking about how you might create launch excitement, you could reverse it. $2
Tamaño de fuente the first day, $5 the first week, then $9 later. Better hurry!
Or, to get more sophisticated, you could reward the market for getting excited. What if the price for everyone drops if enough people pre-order it?”

Editado para traducir el texto de Seth Godin:

«Cambiar el precio de un bien electrónico es trivialmente simple.
Así, por ejemplo, podrías cobrar 24$ por la edición para Kindle (libro electrónico) durante las primeras dos semanas, 15 las 2 siguientes y 9 durante todo el año siguiente. Una vez que se haya convertido en un clásico del fondo editorial, podría costar 2$.
O, pensando en crear entusiasmo durante el lanzamiento, podrías hacerlo al contrario: 2$ durante el primer dia, 5 la primera semana y 9 después. ¡Mejor darse prisa!!

También habría opciones más sofisticas: puedes recompensar la acogida del mercado. ¿Y si el precio para todo el mundo bajara si suficiente gente hace un pedido anticipado?»
Si todo esto se puede hacer con el frío mundo de los precios y los umbrales de rentabilidad, imagina las posibilidades infinitas del producto en sí, de la distribución…
Lo digital aporta una gran flexibilidad a los bienes culturales, ya sean estos discos, libros o películas. Es muy difícil responder al mercado con un bien físico como un libro. ¿Qué haces cuando se queda obsoleto? ¿Una nueva edición cambiando el color de la pasta? ¿Quién compraría y almacenaría en su casa dos ediciones del mismo libro, sólo por ese nuevo capítulo añadido?
La industria parece empeñada en reproducir viejos modelos: del cine al videoclub, luego al DVD, luego la tele. De tapas duras a edición de bolsillo, luego a e-book. No. El mercado no está dispuesto a eso, pero sí que está dispuesto a decir lo que quiere y lo que espera, lo que le importa de verdad. ¡Escucha!

Luis Eduardo, el unicornio azul ya es de todos.

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