Hace unas semanas, tuvimos un capítulo más de las llamadas crisis en las redes sociales que semana tras semana nos demuestran que lo social no se reduce a la presencia en redes sociales, es un verdadero cambio de paradigma al que nos tenemos que enfrentar, que tiene unas reglas completamente distintas a lo que estábamos acostumbrados en el entorno empresarial y unos códigos que empresas y empleados todavía no dominan. Y también, que usuarios y miembros del sector están a la que salta.
En este caso concreto, un «indefenso» denuncia que en un concurso de Facebook en la página de Casa del Libro no se cumplieron las normas y que los ganadores resultaron ser los amigos del community managers, conclusión a la que llega después de investigar sus presencias en otras redes y descubrir que todos están vinculados a Territorio Creativo, empresa dedicada precisamente al social media.
Pero no es del caso del community manager de Casa del Libro de quien quiero hablar, sino de mi reacción y de la mayoría de gente del sector. Desde el primer momento teníamos claro que Territorio Creativo no tenía nada que ver. Y no porque ellos no puedan tener errores, que como todos, sería posible, sino porque los «hechos supuestos» implicaban una falta de ética y de transparencia que nadie se cree de la empresa que en España nos ha enseñado lo que es una empresa social.
Y en el entorno social, los hechos son la nueva publicidad. Territorio Creativo ha asumido el reto de llevar la voz cantante en el sector del marketing social, haciendo propios los valores del mundo 2.0. Su decidida apuesta por la transparencia y por compartir conocimiento la han hecho merecedora de un reconocimiento que ha creado una marca sólida y con significado. Ninguno podíamos pensar que los «tecerianos» hubieran hecho algo así. Ellos no son los de las campañas más deslumbrantes, ni los de las estanterías llenas de premios, pero sí son los que trabajan por que las empresas firmen un nuevo contrato social en el que compartir es la raíz (Socialholic).
La historia tuvo su cierta repercusión, con portada de Menéame incluida e incluso los siempre beligerantes comentaristas de Meneame sólo nombraron a la empresa 4 veces en 130 comentarios (y en uno de ellos, era para mostrar incredulidad). Se oyeron voces de antiguos empleados, compañeros del sector criticando que se pusiera en duda a TC.
Yo lo pondría de ejemplo ante mis clientes, si fuera Territorio Creativo. Ilustra a la perfección una frase de Ian Lurie, fundador de Portent que en el Search Love nos recordaba que en Internet es imposible pensar que no vas a meter nunca la pata, con tantos millones de ojos mirando, pero que por eso mismo la mayor inversión de una empresa social debe ser una inversión sincera en la gente. Crea una comunidad, y esta será la que salga en ayuda de tu marca cuando las cosas salgan mal.
Ah, y … para conseguir una comunidad, no vale con sortear un iPad…